domingo, 29 de noviembre de 2009

La Religión y Cultura

La religión es un universal cultural debido a que tiene muchas causas, efectos y significados para las personas que toman parte de ella. Las formas religiosas no varían azarosamente de una sociedad a otra.

Teniendo en cuenta varias culturas, Wallace propuso que había cuatro tipos de religión: chamanística, comunal, olímpica y monoteísta. El tipo más simple es la religión chamanística.
Los chamanes no son cargos religiosos a tiempo completo, sino figuras religiosas a tiempo parcial que median entre las personas y los seres y fuerzas sobrenaturales.

Aunque sólo sean especialistas a tiempo parcial, los chamanes se sitúan simbólicamente aparte de las personas ordinarias asumiendo un rol diferente de sexo o de género.

Entre los indios cuervo de las praderas norteamericanas, se reservaban a los berdaches ciertos cometidos rituales. Estos vestían, hablaban y peinaban su cabello como las mujeres y realizaban actividades tradicionalmente femeninas como cocinar y coser.

Las religiones comunales tienen, además de chamanes, rituales comunitarios como ceremonias de cosecha y ritos de transición. Aunque las religiones comunales carecen de especialistas religiosas a tiempo completo, creen en varias deidades que controlan diversos aspectos de la naturaleza.

Las religiones olímpicas, que aparecieron con la organización estatal, aportan los especialistas religiosos a tiempo completo: sacerdocio profesional. El término olímpico está tomado del monte Olimpo, hogar de los dioses de los griegos clásicos. Las religiones olímpicas son politeístas. Incluyen dioses antropomorfos poderosos con funciones especializadas, por ejemplo, dioses del amor, la guerra, el mar y la muerte.

El último tipo, el monoteísmo, también tiene sacerdocio y nociones de poder divino, pero ve lo sobrenatural de forma diferente. En el monoteísmo, todos los fenómenos sobrenaturales son manifestaciones de, o se hallan bajo el control de un único ser supremo eterno, omnisciente, omnipotente y omnipresente.

La religión ayuda a mantener el orden social, pero también puede ser un instrumento de cambio, a veces incluso de revolución. Como respuesta a la conquista o al dominio extranjero, los líderes religiosos suelen emprender la transformación o revitalización de la sociedad. A esto se le denomina movimientos nativos o de revitalización. El cristianismo fue un movimiento de revitalización. Jesús era uno de entre varios profetas que predicó nuevas doctrinas religiosas mientras Oriente Medio se hallaba bajo el dominio de Roma.

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